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jueves, 10 de febrero de 2011

LO ESENCIAL NO TIENE PRECIO (Y PARA TODO LO DEMÁS, NO USES LA MASTERCARD)

   "Pues el hombre es rico según el número de cosas de que puede prescindir" (Henry David Thoreau)
  "Porque no es más quien más tiene, sino quien menos necesita" (Epicteto)
   "Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos" (Un tal Jesús)

     En resumidas cuentas, he utilizado frases encontradas en el blog de Valedeoro y otra archiconocida, para ilustrar y dar un poco más de brillo a mis pobres palabras.
    Pero la intención es la misma, con adornos o sin ellos: "felices aquellos que no acumulan cosas intentando llenar su vacío espiritual, porque ellos alcanzan el cielo en la tierra, o al menos, lo más parecido a la felicidad".
    Desde pequeña me hicieron creer que esa Bienaventuranza se refería a la pobreza material; ser pobre era sinónimo de ser santo, y yo pensaba entonces que los "pobres ricos" no podían ir al cielo.
    Menos mal que un poco de estudio teológico me hizo ver que esa pobreza de la que habla mi amigo Jesús no tiene mucho que ver, al menos en principio, con una exigua cuenta corriente.
    Esa pobreza es voluntaria y atañe no sólo a los aspectos materiales, sino también espirituales; es decir, ser pobre de espíritu, tener espíritu de pobre, es reconocer nuestra pequeñez, saber que somos sólo "pobres seres humanos", no tener pretensiones de dioses ni sabios ni reyes de nada, y vivir conforme a ese pensamiento, sin acumular riquezas (o miserias, según se mire), siendo conscientes de la prevalencia del ser por encima del poseer.
    Felices, como dijeron Thoreau y Epicteto, los que pueden desprenderse de lo superfluo, sea material o espiritual, y dedicarse a lo esencial, a lo sencillo, a disfrutar de lo simple.
   Felices los minimalistas que desisten de la vorágine consumista y deciden ser libres, pequeños y humildes.
    Como parte práctica, y para que todo no quede en pura palabrería, conste en acta que estoy participando en el Proyecto 333, que no, no es un nuevo intento de enviar a los humanos a Marte, sino simplemente, una propuesta minimalista para sobrevivir del 9 de enero al 9 de marzo, con 33 artículos de vestir (incluidas joyas, zapatos, bolsos, abrigos, etc., y excluyendo sólo la ropa de casa, el chándal y el pijama).
    Para más información, internet...para todo lo demás, más amor y menos mastercard.

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